NO HAY MÁS RUMBO QUE EL CAMINO---- BLOG DE ALBA MORALEDA

lunes, 5 de diciembre de 2011

Vecinos borrosos

Nunca he intercambiado más palabra con ellos que "buenos días", "hola, ¿qué tal?", "gracias". Vivimos en el mismo bloque de edificios. Llevamos años cruzándonos en la puerta de entrada a la urbanización pero somos completamente extraños. No conozco casi nada acerca de sus vidas, lo más íntimo podría ser su cuerpo sin ropas que permite  una piscina comunitaria. Nunca antes me había parado a pensar en esto, y me he sorprendido a mi misma porque me he estremecido.

 Llevaba observándolo algunos días pero hasta hoy no me he dado cuenta. De vuelta a casa, he llegado a casi las 11 de la noche a la última parada de la línea 9 de metro y allí, en el andén estaba él esperándola. Para mi sorpresa, no me había dado cuenta de esta imagen tan entrañable hasta hoy, pero el encuentro venía sucediéndose tiempo atrás y hoy fruto de un "¿esto ya lo he vivido?" he caído en la cuenta.

 Entonces me he puesto a pensar "que bonita historia de amor entre padre e hija (que ya no era una niña y roza la cuarentena)", "¿espera el padre con tanta ansiedad la llegada de su hija que no se resiste a esperarla reposando en el sofá?", "que bonita complicidad ", "¿habrá sufrido ella algo lamentable que empuja a su padre a protegerla?". Después me he dado cuenta de que esos rostros que era capaz de reconocer, que formaban parte de mi entorno, realmente no los conocía.

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