NO HAY MÁS RUMBO QUE EL CAMINO---- BLOG DE ALBA MORALEDA

viernes, 14 de octubre de 2011

Un cuerpo adulto, una mente joven

18 años. Has dejado de ser un adolescente, ya eres una persona adulta, eres un ciudadano con derechos y deberes, o eso es lo que te dicen. Pero en tu cabeza sigen volando mariposas, no tienes claro a que te gustaría dedicar tu tiempo el resto de tu vida, no has tenido tiempo de escucharte a ti mismo, de conocerte lo necesario, pero esto da igual lo socialmente correcto es que elijas. Tienes que tomar una de las primeras decisiones de tu vida, debes encaminarte en alguna dirección. Las experiencias que has podido sumar a esta edad, probablemente sean escasas, queda mucho por descubrir, por probar, mucha gente que conocer, muchas historias por escuchar...pero aún así tienes que tomar un camino, tienes que decidir.

Si tienes suerte, y te dan el privilegio de decidir, harás un ejercicio de reflexión contigo mismo, tratarás de comprenderte, responder a tus grandes interrogantes, plantarle cara a tus miedos y tomarás un rumbo. Nuevas personas empiezan a llamar a la puerta, otras que llevaban desde siempre contigo empiezan a marchar, sigilosamente, sin apenas darte cuenta, y otras que estaban allí desde que llegaste seguiran sentadas a tu lado.

El calendario ha ido perdiendo hojas, sin apenas darte cuenta. El tiempo pasa más deprisa que años atrás. Has ido multiplicando vivencias, sumando conocimientos y restando dudas o incertidumbres sobre quien eres y sobre como quieres seguirte moldeando. Es ahora, cuando estas acabando lo que en su día empezaste con 18 años, el momento en que descubres lo que amas, lo que quieres, lo que elegiste o lo que descartaste. Pero te das cuenta ahora, que has caminado.
Entonces, ya eres licenciado, o diplomado, o graduado y todo el largo etcétera de apellidos que nos colocamos para diferenciarnos, es cuando te toca empezar a inventarte.

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