A mi entender, la universidad es un lugar de encuentro, en el que el fin es ampliar el conocimiento de los allí reunidos, crear inquietudes y despertar curiosidades. Además de formar personas cultas, capaces de razonar y pensar por si mismas y crear conocimiento. Esto es estimular las mentes, desarrollar nuestra capacidad creadora.
La sensación de insatisfacción con los profesores no es de ahora, venía sembrándose desde mis inicios en la universidad, pero hoy ha tocado fondo mi aguante de chapas soporíferas y me he visto impulsada a escribir y dejar constancia de este sentimiento.
En el salón de actos de la facultad, los no conferenciantes nos hemos sentado abajo, en butacas de color naranja, con unas tabillas que se desplegaban del reposabrazos a modo de mesita. Los ponentes se presentan contándonos sus largos apellidos (emérito, catedrático, doctor, etc.) Su lugar estaba en el escenario, detrás de una importante mesa, con micrófonos que funcionan a duras penas, y quedando de fondo un telón blanco para proyectar los concurridos PowerPoint.
La exposición comienza. Pretender hablar de redes sociales, de la revolución en las formas de comunicación con la aparición de las redes sociales, el fácil acceso a la información gracias a la web 2.0, pero yo me planteo ¿cómo puedes pretender dar lecciones sobre comunicación si no sabes comunicar?
¡Señores profesores! Poner un PowerPoint plagado de letras diminutas (y no soy miope) no es nada didáctico. Intentas hacer el esfuerzo por leerlo pero esto aburre, te empuja a desconectar. Para leerme su estudio puedo recurrir a su página web pero, ahora que le tengo delante quiero que me lo cuente usted, que me hable, que me transmita.
Los ponentes olvidan los recursos para generar interés, para hacer levantar la vista a un alumno de la pantalla de su Smartphone. No varían la entonación, ni introducen cambios en el ritmo, ni juegan con el silencio.
Por otro lado, ¿cómo puede necesitar un guión alguien que ha dedicado su tiempo a investigar profundamente sobre un tema?, ¿no lo tendría que conocer tan bien como su DNI? Un estudioso que se dedica a leer su trabajo delante del público, sinceramente a mi juicio deja mucho que desear, y más tratándose de profesores de ciencias de la información y la comunicación.
De este modo no consiguen conectar conmigo, no me transmite nada más que aburrimiento, desconexión, evasión y una profunda rabia que me empuja a escribir este artículo. Miro a mi alrededor y el resto de la sala se dedica a cualquier menester que se precie salvo a escuchar la ponencia, a excepción del resto de congresistas, faltaría más.
Esto me frustra, no me gusta, no quiero una universidad así. Añoro un profesor sin guión. Un profesor que lance preguntas que estimulen mi mente, que me haga pensar, que me lleve a revolver en el cajón de mi memoria, que me permita sentirme parte de la universidad.